INFOCIEGOS

La Lingüística en las personas con discapacidad

LA LINGÜÍSTICA EN LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Por: Filiberto Ugarte Rodríguez

Licenciado en Lingüística

Artículo publicado en la Revista Lengua y Sociedad Volumen 7 Nº 2, 2004. Instituto de Lingüística Aplicada (CILA)

Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú.

Índice
Introducción

En el presente artículo se hace énfasis sobre la importancia de estudiar los diversos aspectos del lenguaje en las personas con discapacidad, pues con los resultados de dichos estudios podríamos comprender más claramente algunos fenómenos del lenguaje que hasta hoy son controvertidos o han sido poco estudiados.

Puesto que sería demasiado extenso englobar y analizar todas las discapacidades, en este artículo he elegido ocuparme de las discapacidades sensoriales, específicamente de la sordera, ceguera y sordoceguera, ya que me siento más familiarizado con las discapacidades de tipo sensorial.

Como es obvio, con este trabajo no pretendo hacer una exposición completa del lenguaje en relación a estas tres discapacidades. El principal fin de este trabajo es hacer una breve introducción sobre algunos aspectos lingüísticos relacionados con la sordera, ceguera y sordoceguera, a fin de que los lingüistas queden incentivados para hacer investigaciones sobre el lenguaje en los sordos, ciegos, sordociegos y también en las personas con otras discapacidades.

Así pues, en este artículo se analizan las siguientes dos preguntas:

¿Qué entendemos por lenguaje? y ¿qué sucede con la adquisición del lenguaje cuando faltan uno, dos o más sentidos?

Es necesario decir que para hacer este trabajo no sólo me he basado en mi experiencia y en la bibliografía, sino que también he visitado colegios y asociaciones para niños y adultos con ceguera, sordera y sordoceguera y me he comunicado con 3 investigadores que estudian las lenguas de señas, quienes gentilmente respondieron a mis preguntas mediante correo electrónico. Dichos investigadores son: Wendy Sandler, de la universidad de Haifa en Israel; Laura-Ann Petito, del «Dartmouth College» en los Estados Unidos de América; y Onno Crasborn, de la universidad de Nijmegen en Holanda. A ellos les estoy muy agradecido. Asimismo, a todo el personal de los colegios y asociaciones que he visitado y a todos los que amablemente respondieron a mis preguntas, ya sea personalmente o mediante correo electrónico, les expreso mi más sincero agradecimiento.

Así pues, este trabajo va dirigido a los lingüistas y a todas las personas interesadas en el estudio del lenguaje, y espero que al leerlo, queden motivados para hacer investigaciones sobre los distintos aspectos del lenguaje en las personas con discapacidad.

1. Datos importantes para la comprensión de este artículo
Podemos decir que una  persona con discapacidad es «aquella que tiene una o más deficiencias evidenciadas con la pérdida significativa de alguna o algunas de sus funciones físicas, mentales o sensoriales, que impliquen la disminución o ausencia de la capacidad de realizar una actividad dentro de formas o márgenes considerados normales, limitándola en el desempeño de un rol, función o ejercicio de actividades y oportunidades para participar equitativamente dentro de la sociedad». (1) Así pues, según esta definición, una persona con discapacidad puede ser un sordo, un ciego, un sordociego, una persona con retardo mental, etc. Como veremos, es importante que los lingüistas hagamos investigaciones sobre los diversos aspectos del lenguaje en las personas con discapacidad, ya que los resultados de dichas investigaciones nos harían comprender más claramente los fenómenos lingüísticos que hasta ahora son controvertidos, e incluso, con dichos resultados podríamos confirmar, modificar o desechar las teorías lingüísticas que actualmente se manejan, y hasta podríamos crear teorías nuevas. Por ejemplo, Lenneberg estudió el caso de un niño que presentaba una discapacidad que prácticamente le impedía producir sonidos articulados y apenas podía pronunciar unas cuantas palabras que solamente eran entendidas por las personas más allegadas a él. Sin embargo, dicho niño podía comprender muy bien el lenguaje hablado; (2) entonces, dicho caso es una evidencia de que la capacidad para la comprensión de las oraciones puede desarrollarse aunque no se logre la producción del habla. Y como veremos a continuación, el estudio del lenguaje en las personas con discapacidad puede contribuir al desarrollo de la Lingüística.
2. La lingüística y los sordos: las lenguas de señas
Es interesante que analicemos qué sucede con el lenguaje cuando falta el sentido del oído. Para esto, primeramente debemos preguntarnos: ¿qué entendemos por lenguaje? Según una definición clásica, el lenguaje es «la capacidad propia de la especie humana para comunicarse por medio de un sistema de signos vocales». (3) Esto puede parecernos muy obvio, sin embargo, podemos advertir que en el caso de personas con discapacidad, como pueden ser los sordos o sordociegos, el lenguaje no necesariamente se manifiesta mediante un sistema de signos vocales. Por ejemplo, si pensamos en las lenguas de señas, con las que se comunican los sordos, podemos replantear la clásica definición del lenguaje arriba mencionada, diciendo por ejemplo que el lenguaje es la «facultad privativa del hombre para la expresión de pensamientos y afectos», (4) entendiendo que dicha facultad puede manifestarse en lenguas orales o no orales. De hecho, podemos pensar en muchas otras definiciones del lenguaje, pero sea cual fuere la definición que analicemos, es lícito considerar que la facultad del lenguaje también puede manifestarse en lenguas no orales, es decir, en lenguas de señas. Entonces, si tenemos en cuenta que el lenguaje es la facultad para expresar el pensamiento mediante lenguas, y que las lenguas pueden ser orales o no orales, es natural que consideremos que las lenguas de señas también son el fruto de la facultad humana del lenguaje. Por esto, las asignaciones de «lenguaje oral», «lenguaje de señas», «lenguaje escrito», etc., servirían solamente para designar que la facultad del lenguaje puede manifestarse mediante signos orales, gestuales, gráficos, etc. Quizá más de una vez nos hemos preguntado si las lenguas de señas realmente son lenguas. Como veremos, esta interrogante ya parece formar parte del pasado, pues las lenguas de señas están reconocidas, no sólo por los lingüistas modernos, sino también por los gobiernos de muchos países. De hecho, muchos investigadores estudian y analizan las lenguas de señas. Así, Steven Pinker escribe: «Contrariamente a lo que nos dice la sabiduría popular, los lenguajes gestuales no son simples pantomimas, inventos de educadores o transcripciones directas del lenguaje oral que se halla en la comunidad. Estos sistemas se dan allá donde exista una comunidad de sordos, y cada uno de ellos constituye una lengua específica y completa, con todos y cada uno de los componentes de las gramáticas típicas de las lenguas orales. Por ejemplo, el Lenguaje de Signos Americano (ASL), que es el que emplea la comunidad de sordos de los Estados Unidos, no se parece ni al inglés hablado ni al Lenguaje de Signos Británico, sino que dispone de sistemas de concordancia y de género que hasta cierto punto son parecidos a los del navajo o el bantú». (5) Como se sabe, no hay una lengua de señas universal, sino que, al igual que sucede en las lenguas orales, cada comunidad, país o región tiene su propia lengua de señas. De hecho, hay países en Latinoamérica donde las lenguas de señas ya están reconocidas; así, en el artículo 53 de la Constitución Política de la República del Ecuador de 1998 se menciona a la «lengua de señas ecuatoriana»; en la legislación del Uruguay, existe la ley 17.378, que reconoce a la «lengua de señas uruguaya». Por otra parte, pasaríamos por anticuados si estudiamos una lengua de señas solamente para determinar si es inferior o superior a las lenguas orales. Lo que es propio de nuestro tiempo es considerar a la lengua de señas, no como un sistema limitado de comunicación, sino como el resultado del triunfo de la mente humana ante la falta del sentido del oído, pues en este caso el lenguaje no queda bloqueado, sino que puede manifestarse a través de una lengua de señas. Como es sabido, las lenguas de señas son estudiadas y analizadas en los departamentos de lingüística de muchas universidades, tales como la universidad de Gallaudet en los Estados Unidos de América, la universidad de Manitova en Canadá, la universidad de Nijmegen en Holanda, etc. Asimismo, actualmente ya existe la llamada «lingüística del lenguaje de señas» (Sign Language Linguistics) y las investigaciones indican que las lenguas de señas poseen los mismos componentes que se pueden hallar en cualquier gramática. (6) Para acabar esta sección, es necesario que hablemos brevemente de los alfabetos manuales, llamados también alfabetos dactilológicos, porque cada letra se forma según las distintas posiciones que adquieren los dedos de una o ambas manos. En muchos países las letras se hacen con una sola mano, mientras en otros se emplean las dos. Se puede recurrir al deletreo manual para expresar un concepto que no está representado por una seña, para designar nombres propios, para enseñar a un sordo las palabras de la lengua oral, etc. Los alfabetos manuales varían según los países y se usan sólo restringidamente, pues a un sordo le resulta mucho más cómodo expresar un concepto mediante una seña determinada en lugar de hacerlo mediante el deletreo. Sin embargo, como veremos, para un sordociego el alfabeto dactilológico puede ser la única opción de comunicación. También hay que tener en cuenta que el término «sordomudo» actualmente se considera arcaico, y además, dicho término no es bien recibido por las personas sordas, pues el verdadero mudo es aquel que no puede hablar, y es obvio que los sordos tienen la capacidad para comunicarse mediante el habla. Sin embargo, también es importante que se valore cada lengua de señas, pues es el medio de comunicación natural que se da en cada comunidad de sordos y es una manifestación importante de su cultura. Por tanto, es necesario que los lingüistas investiguemos las lenguas de señas en todos sus aspectos.
3. La Lingüística y los ciegos
Es bien conocido que los ciegos pueden hablar y comunicarse con los demás sin ninguna dificultad. Hay ciegos de nacimiento que son locutores de radio, y al oírlos nadie se da cuenta de que son ciegos a menos que hablen de su ceguera. Como es obvio, el hecho de que los ciegos tengan éxito en la adquisición lingüística nos hace pensar en el carácter innato del lenguaje; sin embargo, hay niños ciegos que presentan problemas en su desarrollo lingüístico, y si pensamos en dichos niños, nos podemos percatar de que muchos de estos problemas se deben a la inadecuada interacción que sus familiares han tenido con estos niños, y esto también nos puede hacer pensar en la importancia de la interacción social en el desarrollo del lenguaje. Así, Pérez Pereira y Castro (1994) estudiaron el caso de un niño ciego al que dieron el nombre ficticio de César, que a los 4 años todavía no había adquirido el lenguaje y presentaba un comportamiento parecido al de los niños autistas. Según refieren dichos autores, los padres de este niño no aceptaban su ceguera y no le daban el afecto necesario, por lo que el niño se había criado muy aislado y su interacción con los demás no había sido adecuada. Por esto, aunque hay muchos autores que han estudiado el lenguaje en los niños ciegos, (7) es muy importante que se sigan haciendo investigaciones a fin de que comprendamos más claramente cómo se desarrolla la adquisición lingüística cuando falta el sentido de la vista. Por otra parte, es necesario aclarar que el Braille no es una lengua, sino que es un sistema con el que los ciegos leen y escriben; con el Braille no solamente se representan las letras del alfabeto, sino que además se pueden escribir números, símbolos matemáticos, partituras musicales, etc. Entonces, el Braille es un sistema que los ciegos usan en la lecto-escritura y no es ninguna lengua en particular. Asimismo, es obvio que en los ciegos de nacimiento o en las personas que han perdido la vista a muy temprana edad, el concepto de los seres y objetos está desprovisto de imágenes visuales, y esta idea ha impulsado a muchos a decir que en el lenguaje de los ciegos se da un alto grado de verbalismo. (Llámase verbalismo a la propensión a dar más realce a las palabras que a los conceptos). Sin embargo, al estudiar el verbalismo en los niños escolares ciegos de 4 a 7 años, pude observar que el verbalismo en sus diferentes tipos, era menor de lo que se podría esperar. Además, se puede decir que los diferentes tipos de verbalismo (salvo el caso de la ecolalia crónica) no influyen significativamente en el lenguaje. (8) Sin duda, la falta de las imágenes visuales trae limitaciones en el conocimiento físico de las cosas, pero esta limitación no parece afectar al lenguaje en sí mismo; por esto, podemos formularnos la siguiente pregunta, que aunque no es nada nueva, no deja de ser interesante: ¿por qué la adquisición del lenguaje puede lograrse aunque falte el sentido de la vista? De hecho, si pensamos en una respuesta para esta interrogante, podremos comprender mejor qué aspectos son realmente imprescindibles para la adquisición del lenguaje en el ser humano.
4. La Lingüística y los sordociegos

La sordoceguera es «una discapacidad multisensorial que impide a la persona valerse de los sentidos del oído y de la vista. No necesariamente ha de ser una pérdida total

de los dos sentidos. El grupo de sordociegos totales es muy reducido, aproximadamente de un 5 a un 10 % del total del colectivo de personas sordociegas, así pues, la mayoría de los sordociegos poseen algún resto auditivo y/o visual». (9)

La sordoceguera puede ser congénita o adquirida. Asimismo, los ciegos que luego han perdido el oído y los sordos que posteriormente han perdido la vista también son considerados sordociegos. Como podemos observar, la sordoceguera es una discapacidad que difiere de la sordera y de la ceguera, pues las limitaciones de un sordociego no son iguales a las de un sordo ni a las de un ciego.

Considerando todo esto, podemos preguntarnos cómo se manifiesta el lenguaje cuando faltan simultáneamente la vista y el oído. Es interesante que analicemos los casos de personas como Laura Bridgman y Helen Keller.

Laura Bridgman, nació en 1829 en Hanover, N. H. Estados Unidos. Cuando tenía dos años perdió la vista, el oído, el olfato y gran parte del gusto debido a la fiebre escarlatina. En 1837, Samuel Howe, director de la Institución Perkins para Ciegos en Boston, (10) se hizo cargo de la educación de la niña, encomendando también este trabajo a algunas personas que trabajaban con él. Primeramente se procedió a hacer etiquetas y en cada una de ellas se imprimió, en letras en relieve, el nombre de un objeto determinado (cama, silla, cuchara, tenedor, etc). Luego se procedió a pegar cada etiqueta al objeto correspondiente; de este modo la niña pudo comprender que el nombre de cada etiqueta designaba a un objeto, y en consecuencia, que un concepto podía ser representado por una imagen táctil. Posteriormente, se le enseñó las letras del alfabeto dactilológico, y puesto que la niña carecía del sentido de la vista, la única manera de que percibiera las letras era mediante el tacto. Entonces, se puede decir que Laura Bridgman fue adquiriendo el idioma inglés, valiéndose solamente del tacto, y aprendió a comunicarse eficientemente mediante el alfabeto dactilológico. También llegó a comunicarse por escrito y se conservan muchas cartas que ella escribió a sus familiares y amigos.

La escritora estadounidense Helen Keller, nacida en 1880, en Tuscumbia, Alabama, perdió el oído y la vista a los 19 meses de edad debido a una fuerte fiebre. Durante su infancia casi no se comunicaba con nadie y prácticamente no tenía idea de lo que era el lenguaje. En 1886, Michael Anagnos, que en ese entonces era director de la Institución Perkins para Ciegos, encomendó la educación de Helen Keller a Anne Sullivan, que era exalumna de dicha institución. Así, en 1887, después de estudiar a fondo el caso de Laura Bridgman, Anne Sullivan llegó a la casa de los Keller en Tuscumbia, y desde entonces vivió junto a la niña y fue su maestra inseparable. En poco tiempo, Anne Sullivan le enseñó a comunicarse mediante el alfabeto dactilológico. Luego, le enseñó a leer y a escribir en Braille. Años después, Helen

Keller consiguió hablar gracias a su propia habilidad y al ingenio de Anne Sullivan y de Sarah Fuller, directora de la escuela Horace Mann para sordos, quien le dio las primeras lecciones. Al comienzo de cada lección, Sarah Fuller pronunciaba y repetía ya sea un sonido o una secuencia de sonidos, mientras la niña le palpaba los labios y la lengua, a fin de identificar mediante el tacto la manera de articularlos. Una vez que la niña había conseguido reproducirlos, Sarah Fuller procedía a enseñarle a articular sonidos nuevos, y así sucesivamente. Entonces, Helen Keller aprendió a comprender el habla de sus interlocutores, palpándoles los labios y la garganta ; y después de mucho esfuerzo y perfeccionamiento, llegó a hablar aceptablemente el inglés, el francés y el alemán, e incluso llegó a leer libros en dichas lenguas y también en latín y en griego clásico. Asimismo, solía dar conferencias valiéndose de su propia voz y escribió muchos libros, tales como «La historia de mi vida», «El mundo donde vivo», etc.

Aunque los casos de Laura Bridgman y Helen Keller parecen sugerirnos que para la adquisición del lenguaje, el oído y la vista son menos imprescindibles de lo que podríamos pensar, debemos tener en cuenta que ambas mujeres no nacieron sordociegas y que cuando perdieron la vista y el oído ya eran capaces de pronunciar algunas palabras, que pronto olvidaron. Entonces, nos podemos preguntar qué hubiera pasado si Laura Bridgman y Helen Keller hubieran nacido sordociegas. ¿Hubieran tenido el mismo éxito? Sabemos que si los niños desarrollan la sordoceguera antes de la adquisición del lenguaje, tendrán mayores dificultades en su desarrollo lingüístico. Así, hay muchos sordociegos que prácticamente no han adquirido el lenguaje. Por esto, sería interesante que se hagan investigaciones a fin de conocer más detenidamente hasta qué nivel de comunicación puede llegar un sordociego congénito. (11)

Por otra parte, si pensamos en los sordociegos que logran adquirir el lenguaje o en los que desarrollan la sordoceguera después de la adquisición lingüística, debemos considerar que cada uno de estos sordociegos puede usar uno o más sistemas de comunicación para expresar y comprender el lenguaje. Uno de estos sistemas es la dactilología, que emplearon Laura Bridgman y Helen Keller (en este caso se usa el alfabeto dactilológico y las oraciones son deletreadas en la palma de la mano de la persona sordociega). Otro sistema consiste en transmitir las oraciones al sordociego mediante el alfabeto común, usando el dedo índice como si se tratara de un lápiz, a fin de hacerle las letras mayúsculas en la palma de la mano (este sistema es usado generalmente en la comunicación con sordociegos que antes de perder la vista ya sabían leer y escribir). También un sordociego puede comunicarse mediante el sistema Braille. Asimismo, hay sordociegos que se comunican mediante el habla, sobre todo cuando la sordoceguera se presenta después de la adquisición del lenguaje oral. Algunos sordociegos pueden usar el método Tadoma, que consiste en comprender el habla de sus interlocutores, palpándoles simultáneamente los labios, las mejillas, la mandíbula y la garganta. Asimismo, Los sordos que luego han perdido la vista pueden seguirse comunicando mediante la lengua de señas, que en este caso debe ser adaptada de modo que el sordociego la comprenda valiéndose del tacto, y para esto, el sordociego puede colocar sus manos sobre las del interlocutor que hace las señas. Incluso, cada sordociego, pensando en su comodidad, puede adaptar su propio sistema para comunicarse con los demás. Así pues, son muchos los sistemas de comunicación que cada sordociego puede usar, según su caso y comodidad.

Entonces, es importante que los lingüistas estudiemos cómo se desarrolla el lenguaje en los sordociegos. También sería interesante que se hicieran más estudios que nos ayuden a comprender más claramente por qué hay sordociegos como Helen Keller, que les ha ido tan bien en el lenguaje, mientras hay otros que no tienen la misma suerte.

5. Conclusiones

Considerando todo lo que se ha expuesto en este artículo, podemos concluir lo siguiente:

a) El estudio del lenguaje en las personas con discapacidad nos puede dar un concepto más amplio de la facultad humana del lenguaje. Por ejemplo, las lenguas de señas usadas por los sordos nos dan la evidencia de que la facultad del lenguaje no necesariamente queda bloqueada cuando falta el sentido del oído y que dicha facultad no se manifiesta solamente mediante lenguas orales.

b) Si hacemos más investigaciones sobre los diversos aspectos del lenguaje en las personas con discapacidad, podremos saber con mayor profundidad cómo funciona realmente el lenguaje, qué aspectos son verdaderamente relevantes para su adquisición y qué aspectos son irrelevantes.

Notas

1. Artículo Nº2 de la Ley 27050 (Ley General de la Persona con Discapacidad ), Perú. (Regresar)

2. Para mayor información, Véase Lenneberg, Eric Fundamentos biológicos del lenguaje. p. 342 y sgs. Edición castellana. Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1975. (Regresar)

3. Dubois, Jean. Diccionario de lingüística. p. 383. Alianza editorial. Madrid. 1973. (Regresar)

4. Vox. Diccionario Manual Ilustrado de la Lengua Española. 4.ª edición. Abril 1979. Bibliograf, S.A. Calle del Bruch, 151. Barcelona. (Regresar)

5. Pinker, Steven El instinto del lenguaje. Cómo crea el lenguaje la mente. p. 36 y 37. Versión española de José Manuel Igoa González. Alianza Editorial 1994. (Regresar)

6. Para información sobre bibliografía sobre los aspectos gramaticales de las lenguas de señas, se puede visitar la siguiente página web: www.sign-lang.uni-hamburg.de/bibweb/

En dicha página, cuyo título en inglés es International Bibliography of Sign Language, el lector podrá encontrar referencias de investigaciones o libros de autores que hacen estudios sobre las lenguas de señas. Entre dichos autores se encuentran William Stokoe, Ceil Lucas, Wendy Sandler, Diane Brentari, Laura-Ann Petito, Onno Crasborn, Diane Lillo-Martin, etc. (Regresar)

7. Para mayor información sobre las distintas investigaciones de autores que han estudiado la adquisición del lenguaje en niños ciegos, el lector puede consultar el libro Psicología de la ceguera (compilación de Alberto Rosa y Esperanza Ochaíta). También se puede consultar el libro El desarrollo psicológico de los niños ciegos en la primera infancia, por Miguel Pérez Pereira y Josefa Castro. (Regresar)

8. En mi tesis, titulada estudio sobre el verbalismo en el habla de los niños escolares ciegos de 4 a 7 años, expongo y analizo los tipos de verbalismo que pude encontrar en los niños de la muestra. Asimismo, en el anexo II de dicha tesis, se podrá encontrar amplios fragmentos de conversaciones espontáneas de niños ciegos. (Regresar)

9. Página internacional de Sordoceguera en Español: www.sordoceguera.com/default.htm (Regresar)

10. Esta institución, que fue fundada en la primera mitad del siglo XIX, actualmente se llama Perkins School for the Blind (Escuela Perkins para Ciegos) y su página web es: www.perkins.org (Regresar)

11. Téngase presente que los sordociegos congénitos pueden poseer cierto residuo visual o auditivo, y pueden tener otras discapacidades. (Regresar)

Referencias bibliográficas

AMERICAN FOUNDATION FOR OVERSEAS BLIND. 1968. Los niños sordociegos y su educación.

CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley General de la Persona con Discapacidad (ley N.º 27050). Perú. Promulgada en 1998 y publicada en 1999.

DUBOIS, Jean. 1973. Diccionario de Lingüística. Alianza Editorial. Madrid.

GARCÍA BENAVIDES, Irene Sofía. 2002. Lenguaje de señas entre niños sordos de padres sordos y oyentes. (Tesis, Lic. UNMSM). Lima.

KELLER, Helen. 1940. A história da minha Vida. 2.ª edición. Livraria José Olympio Editora, Rua do Ouvidor 110, Rio de Janeiro. Traducción al portugués por J. Espinola.

LAMSOM, Mary Swift. 1879. Life and Education of Laura Bridgman, the Deaf, dumb and Blind Girl. New England Publishing Company. Boston.

LENNEBERG, Eric. 1975. Fundamentos biológicos del lenguaje. Edición castellana, Alianza Editorial. Madrid.

PEARE, Catherine Owens. 1963. Helen Keller. Versión castellana de María Jesús Requejo. Santillana, S. A. de Ediciones. Talleres de Gráficas Díaz. Madrid.

PÉREZ PEREIRA, Miguel y CASTRO, Josefa. 1994. El desarrollo psicológico de los niños ciegos en la primera infancia. Editorial Paidós. Buenos Aires.

PINKER, Steven. 1994. El instinto del lenguaje, cómo crea el lenguaje la mente. Versión castellana de José Manuel Igoa González. Alianza Editorial. Madrid.

ROSA, Alberto y OCHAÍTA, Esperanza. (Compilación). 1993. Psicología de la ceguera . Alianza Editorial S.A. Madrid.

UGARTE RODRÍGUEZ, Filiberto. 2000. Estudio sobre el verbalismo en el habla de los niños escolares ciegos de 4 a 7 años. (Tesis. Lic. UNMSM). Lima.

Anexo

A continuación se mencionan las asociaciones y colegios que he visitado a fin de recolectar información para este artículo.

Sordera:

  • Asociación de Sordos del Perú
  • Centro de Educación Especial N.º 07 «la Inmaculada». Barranco.
  • Asociación Centro Educativo no Estatal Especial para Sordos «Efata».
  • Centro Educativo Particular Bilingüe «Inmaculada Concepción».
  • Centro de Educación Especial N.º 14 «la Sagrada Familia».
  • Colegio Fernando Wiese Eslava de la Asociación CEPAL.

 

Ceguera:

  • Centro Educativo Especial N° 09 «San Francisco de Asís».

 

Sordoceguera:

  • Asociación de sordociegos del Perú (ASOCIP).
  • Asociación Helen Keller Perú.